AISLAMENTO TÉRMICO Y ACÚSTICO EN PAREDES Y CUBIERTAS.
En el mundo de la construcción y la rehabilitación, el aislamiento térmico y acústico ya no es un lujo, sino una necesidad. Mejorar el confort interior, reducir la demanda energética y minimizar los ruidos exteriores son objetivos clave para cualquier vivienda, oficina o edificio público. Y todo empieza por intervenir en los puntos más críticos: las paredes y la cubierta.
El aislamiento térmico permite reducir las pérdidas de calor en invierno y mantener el interior fresco en verano, haciendo que los sistemas de calefacción o climatización trabajen menos y consuman menos energía. Esto se traduce en:
- Ahorro en facturas energéticas
- Mayor confort térmico todo el año
- Reducción de la huella de carbono del edificio
- Revalorización del inmueble
- El aislamiento evita el efecto “invernadero” en verano y mejora el rendimiento térmico todo el año.
El aislamiento acústico actúa como una barrera frente al ruido exterior (tráfico, obras, vecinos) o al ruido interior (impactos, vibraciones, ecos). Esto es especialmente importante en viviendas urbanas, edificios colindantes o zonas con alta densidad de población.
Los beneficios incluyen:
- Mayor bienestar psicológico
- Mejor calidad del sueño
- Espacios más adecuados para teletrabajo, estudio o concentración
- Ambientes más saludables para niños y personas mayores
Una de las grandes ventajas es que es posible mejorar el aislamiento sin obras invasivas, especialmente en trabajos verticales sobre fachada o cubierta. Esto permite intervenir:
- Sin andamios ni cortes de acceso
- Rápidamente y sin molestias a los vecinos
- Sin ocupar espacio interior útil
Esto es ideal para:
- Rehabilitación energética
- Reforma de edificios antiguos
- Mejoras acústicas en entornos urbanos

